Planificando la próxima temporada.
"No planificar bien es planificar para fallar"
Lo que hago siempre como entrenador antes que nada es valorar la competición que tenemos como objetivo próximo y, en base a ella, determinar qué requerimientos nos va a exigir, teniendo en cuenta además cuáles serían tus expectativas (que se ajusten a tu realidad) para esa competición en concreto.
"El deporte nos hace humildes, pero hay que echarle una manita."
Una vez establecido el objetivo y el calendario, se deben organizar temporalmente los contenidos a trabajar, haciendo una buena distribución de las cargas de entrenamiento. El fin es llegar lo mejor posible al día de la competición, siempre con coherencia.
Es conveniente programar durante el proceso diversas pruebas para evaluar tu estado y tus competencias, valorando así la adecuación del plan establecido; y una vez analizados los resultados de dichas pruebas, se pueden ajustar tanto contenidos como objetivos. Quizás en primera instancia nos planteemos un objetivo demasiado optimista para nuestra forma física, o todo lo contrario; al analizar los resultados de un test de forma, podemos encontrarnos con unos niveles más altos de lo esperado.
Sean cuales sean los resultados de los test que hagamos, son una herramienta fundamental para evaluar nuestro progreso.
Evita el "sobreentrenamiento", con esta práctica solo se consigue acumular un grado de fatiga innecesario durante días; es un comportamiento erróneo, que puede incluso llegar a ser peligroso para nuestra salud; forzar las cosas nunca es bueno.
¡El descanso forma parte imprescindible de todo entrenamiento!
Y si tienes dudas de cómo hacerlo, contrata a un entrenador que prepare para ti un plan de entrenamiento personalizado, adecuado a la competición que vas a preparar.
La gestión del rendimiento deportivo es uno de los objetivos fundamentales que persigue todo entrenador. Una de las capacidades a trabajar es la resistencia, cualidad física de adaptación que posee nuestro organismo ante un estímulo.
Por esta razón, los entrenamientos no pueden salir "de la nada"; deben planificarse en concordancia con lo que se pretende mejorar en cada momento del período de entrenamiento, evitando incompatibilidades, buscando siempre sacar el máximo potencial de cada deportista en cada una de las disciplinas deportivas.
Dependiendo de la actividad competitiva y del momento del año, la planificación será diferente. De esta manera contaremos con una guía, un camino para alcanzar los objetivos definidos.
Para un entrenador, todo proceso de planificación debe respetar una serie de pasos:
- Evaluar.
- Definir y elaborar el plan.
- Ejecutar el plan.
- Controlar la ejecución.
- Flexibilizar.
La complicidad entrenador-deportista: un pilar fundamental.
En mi tarea como entrenador, cuando un nuevo cliente me consulta, siempre le planteo una serie de preguntas clave para conocer su perfil, sus expectativas y sus objetivos, valorar sus puntos fuertes y débiles, y siempre teniendo presentes los factores limitantes que pudiese presentar.
Una vez recabada toda esta información, ya se puede empezar a planificar, agrupando los contenidos que se va a trabajar según las demandas de la competición programada y el perfil de salida del deportista.
Si para la temporada que viene no te has planteado aún pedir ayuda a un entrenador, a continuación te ofrezco una guía para que te hagas unas preguntas clave; ¿serás capaz de conocerte y organizarte mejor la próxima temporada sin necesidad de ayuda externa?
Valora tus capacidades reales de auto-entrenamiento y si este es el verdadero camino para llegar al éxito.
- ¿Qué experiencia deportiva y motriz tengo a lo largo de mi vida y qué nivel de maestría he alcanzado en las diferentes disciplinas a las que me he dedicado?
- ¿Qué morfología caracteriza mi cuerpo? ¿Está cerca del morfotipo de los deportistas de élite de la disciplina que quiero preparar, o está diametralmente opuesta?
- ¿Cuántos años llevo entrenando en la disciplina que quiero preparar?
- ¿Qué objetivos he logrado anteriormente y cómo los he conseguido?
- ¿Qué no ha funcionado bien en pasadas temporadas o a medida que pasaba el año, he caído en la dejadez o descuido pese a ser consciente de su importancia? ¿Cómo podría evitar que esto volviera a suceder?
- ¿Fui capaz de mantener el equilibrio entre todas mis obligaciones personales? ¿Cómo encajo de nuevo los entrenamientos de la temporada que va a iniciarse?
- ¿Qué objetivos competitivos marcaran mi agenda anual? ¿Qué prioridad les doy a cada uno de ellos?
- ¿Seré capaz de cumplir con los requerimientos de dedicación y tiempo que exigen mis objetivos en relación a las expectativas de resultado que tengo?
- ¿Qué puntos fuertes tengo para la actividad competitiva a la que me dedico? ¿Y qué puntos débiles? ¿Cómo y cuándo puedo corregir estos puntos débiles?
Algunos deportistas no se han planteado nunca en su vida estas preguntas; simplemente van "como pollos sin cabeza"; y cuando uno dedica tanto esfuerzo económico, personal, familiar,... merece la pena sentarse a reflexionar acerca de ello y trazar así un plan factible y práctico sobre unos cimientos sólidos.
Para todo esto, tu entrenador personal deberá valorar muchos parámetros.
- Duración- Distancia
- El GAIN (Desnivel positivo acumulado) y el LOSS (Desnivel negativo acumulado)
- TSS (Puntuación de estrés del entrenamiento)
- WORK (Trabajo)
- NP (Potencia normalizada)
- IF (Factor de intensidad)
- IV (Índice de variabilidad)
- PW:HR (Relación entre Potencia y Frecuencia cardíaca)
- PA:HR (Relación entre Ritmo y Frecuencia cardíaca)
- EF (Factor de eficiencia)
- GRADE (Grado)
- VAM (Velocidad de ascenso en m/h)
- W/KG (Vatios/Kg)
- POWER (Potencia)
- HEART RATE (Frecuencia cardíaca)
- CADENCE (Cadencia)
- (Velocidad/Ritmo)
Con una buena planificación que respete nuestros objetivos y características personales lograremos alcanzar grandes resultados. Tu objetivo no tiene por qué coincidir con el de otro, solo tú defines tus propias metas.