La TDS - UTMB. La joya técnica del ultra Trail alpino.
Si amas los retos de verdad, la TDS del UTMB es para ti. No es solo una carrera, es una travesía salvaje por algunos de los paisajes más impresionantes y exigentes del mundo. En este post, te cuento qué la hace tan especial y por qué muchos la consideran la prueba más técnica del Ultra-Trail du Mont-Blanc.

¿Qué es la TDS?
La TDS, o "Sur les Traces des Ducs de Savoie", es una de las carreras oficiales del UTMB® (Ultra-Trail du Mont-Blanc). Esta competición rinde homenaje a las rutas históricas que conectaban los territorios de la antigua Casa de Saboya, cruzando los Alpes entre Francia e Italia.
Es ideal para corredores experimentados que buscan algo más que kilómetros, buscan aventura real, técnica, soledad y esfuerzo puro.
Datos técnicos de la TDS
- Distancia: 145 kilómetros
- Desnivel positivo: +9.100 metros
- Tiempo límite: 44 horas
- Salida: Courmayeur (Italia)
- Meta: Chamonix (Francia)
- Terreno: Alta montaña, pasos técnicos, crestas, senderos escarpados

Un recorrido que corta la respiración (literalmente).
Desde la salida en Courmayeur, la TDS te lanza a una verdadera odisea de montaña, con pasos elevados como el Col du Petit Saint-Bernard, zonas técnicas como el Passeur de Pralognan, y tramos solitarios donde el silencio alpino lo domina todo.
Entre subida y bajada, el corredor atraviesa pueblos de postal como Bourg-Saint-Maurice, sin dejar de sentir la inmensidad del Mont Blanc observándote desde lo alto.
Haz clic en el siguiente enlace para consultar horarios, logística, material obligatorio y mucho más:
Información práctica para corredores del UTMB-TDS
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¿Por qué la TDS es tan especial?
A diferencia de otras pruebas del UTMB, la TDS exige una auténtica experiencia en montaña, mucho más allá de la resistencia física. No se trata solo de correr largas distancias, sino de moverse con soltura y seguridad en terrenos complejos, inestables y muchas veces expuestos. Durante el recorrido, hay tramos donde se debe utilizar tanto manos como pies, especialmente en pasos como el Passeur de Pralognan, una sección empinada, técnica y propensa a cambios climáticos bruscos.
En condiciones de buen tiempo, ya es una carrera desafiante; pero con lluvia, niebla, nieve o viento, la dificultad y el peligro se multiplican. El barro puede hacer resbaladizas las bajadas, y el frío extremo puede poner a prueba tanto el material como la preparación mental del corredor. Esto convierte a la TDS en una prueba que no solo premia la fuerza y la velocidad, sino también la experiencia, la gestión del esfuerzo, la capacidad de adaptación y la toma de decisiones en condiciones adversas.
Además, es importante mencionar que muchos de los senderos de la TDS son salvajes, poco transitados y muy aislados, lo que añade un componente psicológico durante horas, el corredor puede no ver a nadie, y el silencio profundo de la montaña se convierte en un compañero tan imponente como inspirador. No es una carrera para quienes buscan solo el espectáculo del público o los grandes avituallamientos; es una experiencia para quienes aman la montaña en su estado más puro y crudo, y encuentran motivación en la soledad, la dificultad y la conexión con la naturaleza.
Vas a correr entre glaciares, valles remotos, puertos históricos y crestas con vistas infinitas. Nada de esto está al alcance del turista común.

Una experiencia global con alma alpina.
Cada año, la TDS reúne a corredores de más de 70 países. Desde profesionales del ultra Trail hasta apasionados amateurs, todos comparten el mismo objetivo: conquistar la montaña y cruzar la meta en Chamonix. Esta diversidad convierte la carrera en un verdadero crisol de culturas, donde se hablan decenas de idiomas, pero todos entienden el lenguaje del esfuerzo, la pasión por la montaña y el respeto por la naturaleza.
El ambiente en la salida, en Courmayeur (Italia), es vibrante y emocionante. Aún de madrugada, cientos de corredores se reúnen bajo los arcos de salida, con las luces frontales encendidas, las mochilas cargadas y los nervios a flor de piel. Hay abrazos, risas nerviosas, cantos y silencio; todo en una mezcla mágica que solo se vive en el inicio de una gran aventura.
Durante el recorrido, los voluntarios en los puntos de avituallamiento desempeñan un papel fundamental. Muchos de ellos son locales de los pueblos que atraviesa la carrera, que reciben a los corredores como verdaderos héroes. Ofrecen no solo comida y bebida, sino también palabras de aliento, sonrisas y ese empujón emocional que a veces vale más que un gel energético.
Y finalmente, está la meta en Chamonix. Cruzas los últimos metros por las calles del pueblo alpino rodeado de público, con aplausos que resuenan entre los edificios, niños chocando las manos y el Mont Blanc de fondo como testigo silencioso. Es un momento que queda grabado para siempre: no importa si llegas en las primeras posiciones o justo antes del corte, todos los finishers son celebrados con la misma emoción.
Participar en la TDS no es solo correr una ultra. Es vivir una experiencia humana y deportiva profunda, compartida con una comunidad internacional que respira montaña, superación y compañerismo.

Glaciares, crestas y valles. Un escenario de otro mundo.
Cuando corres la TDS, no estás participando solo en una carrera; estás viviendo una travesía por algunos de los paisajes más impresionantes y salvajes del macizo del Mont Blanc. A lo largo de la ruta, te sumerges en un entorno natural que, por su altitud, dificultad de acceso y aislamiento, permanece oculto para el turista convencional.
Correrás entre glaciares milenarios, cuyos hielos reflejan la luz del amanecer mientras el silencio absoluto de la montaña te envuelve. Cada paso te acerca a la esencia pura de los Alpes: el crujir de las rocas bajo tus pies, el viento frío que desciende por los valles, el sonido lejano de un riachuelo alimentado por el deshielo.
Atravesarás valles remotos, a menudo sin señal de civilización, donde la naturaleza se muestra en su forma más auténtica. Allí, el corredor siente que ha salido del mundo moderno y ha entrado en un territorio atemporal, donde la montaña impone sus propias reglas y ritmos.
Subirás puertos históricos, como el Col du Petit Saint-Bernard, cargados de leyendas y antiguas rutas comerciales que datan de siglos atrás. Estos pasos de alta montaña no solo representan un desafío físico, sino también un viaje cultural, donde cada roca y sendero guarda historias de pastores, contrabandistas y viajeros de otras épocas.
Y lo más espectacular de todo: correrás sobre crestas aéreas, a menudo a más de 2.000 metros de altitud, desde donde se abren vistas infinitas de 360 grados. Verás cordilleras encadenadas hasta donde alcanza la vista, el sol despuntando sobre los picos nevados, y si tienes suerte, algún águila real volando por encima tuyo. Son paisajes que no se observan desde un mirador. Se ganan con el sudor, la fatiga y el respeto por la montaña.
Participar en la TDS te da acceso a rincones que no aparecen en guías turísticas, donde solo quienes se atreven a convivir con la montaña durante horas —o días— pueden experimentar la belleza salvaje de los Alpes en su máxima expresión.
¿Qué necesitas para participar?
La TDS no es una carrera para improvisar. Su nivel técnico y su entorno alpino hacen que los requisitos para participar sean exigentes. Desde la inscripción hasta la preparación física y mental, todo debe estar alineado para maximizar la seguridad y la posibilidad de éxito. Aquí te explico en detalle lo que se necesita:
1. Experiencia previa en montaña
La TDS no está pensada para corredores principiantes, ni siquiera para quienes han hecho maratones o ultras "fáciles". Se recomienda haber completado anteriormente carreras de larga distancia en terreno técnico, preferiblemente en alta montaña y con condiciones climáticas variables.
Una buena base serían eventos que incluyan más de 3.000 m de desnivel positivo, pasos expuestos, uso de bastones, y jornadas largas con poca asistencia. Quienes han corrido pruebas como la CCC, Eiger Ultra Trail, Ronda dels Cims o Tromso Skyrace parten con una experiencia muy valiosa.
2. Running Stones y clasificación
Para poder inscribirte en la TDS, necesitas contar con Running Stones, un sistema de puntos de clasificación que se obtiene al participar en carreras del circuito UTMB World Series.
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Cuantas más Stones tengas, más posibilidades tienes en el sorteo de inscripción.
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Además, es necesario tener un UTMB Index válido en la categoría 100K, lo que demuestra que has competido en pruebas con exigencia similar.
Este sistema garantiza que los corredores tengan la experiencia y preparación necesaria para afrontar un reto como la TDS.
3. Material obligatorio (y recomendable)
El UTMB impone una lista muy estricta de material obligatorio, que debe llevarse en todo momento durante la carrera. Algunos de los elementos clave son:
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Mochila de Trail running con capacidad suficiente
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Frontal (linterna de cabeza) con baterías de repuesto
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Chaqueta impermeable con costuras termoselladas
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Ropa térmica de repuesto (mallas largas, camiseta de manga larga, etc.)
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Manta de emergencia
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Teléfono móvil operativo con roaming internacional
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Silbato, vaso plegable, vendas, comida y reserva de agua
Además de lo obligatorio, se recomienda llevar bastones, guantes de alta montaña, gafas de sol, protector solar, y GPS o reloj con el track cargado. El tiempo puede cambiar drásticamente, por lo que la preparación debe contemplar desde calor intenso hasta nevadas o niebla densa.
4. Entrenamiento específico para la TDS
Para completar la TDS con éxito —y disfrutarla, no solo sobrevivirla—, es esencial llevar a cabo un entrenamiento completo, progresivo y adaptado a las exigencias únicas de esta carrera. No se trata solo de sumar kilómetros o desnivel, sino de preparar el cuerpo y la mente para una experiencia de alta montaña, larga duración y dificultad técnica considerable.
Y aquí es donde entra en juego un aspecto clave: la necesidad de contar con un entrenador especializado.

¿Por qué es tan importante tener un entrenador para la TDS?
La TDS no es una carrera convencional. Su perfil, su terreno, la altitud y la duración exigen una planificación minuciosa y personalizada, algo que rara vez se logra con entrenamientos genéricos. Un entrenador puede marcar la diferencia en varios niveles:
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Adaptación individualizada del plan de entrenamiento según tu nivel, historial, tiempo disponible y objetivos.
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Equilibrio entre carga, recuperación y prevención de lesiones, especialmente importante en ciclos largos.
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Entrenamiento técnico para bajadas, uso de bastones, gestión en terreno inestable o con exposición.
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Gestión emocional y estratégica, entrenando no solo el cuerpo, sino también la mente.
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Simulación de carrera y test físicos o nutricionales, esenciales para evitar sorpresas el día del evento.
La TDS exige mucho más que motivación. Exige método, planificación y experiencia.
Contar con un entrenador que entienda este tipo de carreras no es un lujo, es una necesidad si quieres llegar a Chamonix fuerte, seguro y con la confianza de haber hecho las cosas bien desde el primer día.
Conclusión: ¿Estás listo para la TDS?
La TDS no es simplemente otra ultra. Es un viaje físico y emocional que marca un antes y un después para cualquier amante del Trail. Si te llama la montaña, si te emociona la soledad de los grandes espacios y no te asusta el cansancio extremo, esta podría ser tu próxima gran meta.

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