LA ANSIEDAD ANTES DE LA COMPETICIÓN. ¡A TODOS NOS PASA!
Nuestro cerebro es una máquina casi perfecta, esto está comprobado científicamente. El ser humano es capaz de adaptarse a situaciones tan diversas como la pérdida de un ser querido, la enfermedad o la incapacitación; pero también tiene sus límites, y en ocasiones aparece un "mecanismo de defensa" llamado ansiedad.
La ansiedad es una reacción a situaciones de estrés, una respuesta adaptativa de nuestro cerebro ante amenazas que no podemos controlar. Esta emoción humana tiene como misión nuestra supervivencia; cuando el cerebro humano detecta que estamos en peligro, activa numerosos circuitos que nos hacen reaccionar rápida y eficazmente ante las amenazas.
Pero en ocasiones, nuestro "sistema operativo" se desborda y aparece la "ANSIEDAD" con mayúsculas, la que nos paraliza, nos deja indefensos y no nos deja continuar con nuestras vidas. Es entonces cuando la ansiedad se convierte en un trastorno, una lucha "contra uno mismo".
"LA ANSIEDAD ES LA MENTE YENDO MÁS DEPRISA QUE LA VIDA" (Anónimo)
En el ámbito deportivo veremos todo tipo de comportamientos previos a una competición, cierto grado de nerviosismo es muy habitual. El simple hecho de haberse preparado durante semanas o meses para ella, los sacrificios que has tenido que hacer, provocan una tensión que hemos "normalizado".
Personalmente, y me consta que no soy el único, ir a una competición sin ese "punto" de nerviosismo me da mala espina, eso significaría que no voy a dar el 100%. Por suerte, ya no estamos en la prehistoria y no creo que a ninguno nos vaya la vida en ello, pero ese mecanismo natural de nuestro cerebro nos hace estar más alerta.
¿Quién no se ha preguntado alguna vez: ¿qué hago yo aquí?, con lo a gusto que estaría en la cama calentito, y aquí estoy...lloviendo, muerto de frío...?; pero le quitamos importancia porque nos apasiona esto, nadie nos puso una pistola en la sien para que fuésemos a competir. Sin embargo, trabajar este aspecto emocional, además del físico, nos permitirá disfrutar plenamente de nuestra pasión.
Para detectar si padecemos de ansiedad pre-competición, debemos observar ciertos síntomas:

· Si nos preocupa cualquier aspecto de la competición, aunque parezca insignificante.
· Si tenemos dificultades para descansar las noches previas.
· Si se te "cierra" el estómago y te cuesta ingerir alimentos o, por el contrario, estás más "suelto" de lo habitual.
· Si presentamos valores fisiológicos con alteraciones(elevación de la frecuencia cardíaca y la tensión arterial, por ejemplo).
· Si tenemos dificultad para concentrarnos, irritabilidad, fatiga...
Los deportistas que viven las competiciones de forma sana son capaces de adaptar sus respuestas ante situaciones estresantes con sus conocimientos y la serenidad que da la experiencia.
Las personas que sufren ansiedad experimentan sensaciones opuestas ; es decir, no pueden evitar pensamientos negativos, se genera en ellos una ansiedad que lo domina todo, incluso su conducta. Te puedes encontrar respondiendo a los demás con salidas de tono, expresando emociones descontroladas, gestionando tu tiempo de la peor forma, no siendo capaz ni de preparar tu propio material de competición, el bloqueo puede ser total.
"LA ÚNICA FORMA DE SUPERAR UN MIEDO ES LLEVÁRTELO POR DELANTE"
Pero como ya sabemos, nuestro cerebro es una máquina capaz de reestructurar sus enlaces, estableciendo conexiones más sanas que rompan con el patrón de círculo vicioso de la ansiedad.
Para comenzar a romper esos patrones destructivos hay que seguir una planificación que nos proporcione seguridad en cuanto a preparación física y técnica, tu preparador te ayudará a seguir unas rutinas que van a resultarte básicas para cualquier competición; un plan nutricional que refuerce nuestras defensas naturales, que nos enseñe a gestionar nuestra ingesta de nutrientes diario y durante la competición; y por último, pero no menos importante, acudir a un especialista que nos dará herramientas para poder tratar nuestras debilidades.
Y no pensemos que por no ser profesionales nos libramos de estas sensaciones; los deportistas aficionados también podemos padecer inseguridades, aunque no vivamos de nuestro deporte; cuando algo te apasiona, lo vives intensamente, con todo lo que esto conlleva.
Si eres de los que piensan que tu afición merece la pena, no lo dudes, sigue practicándola. La actividad física está directamente relacionada con la calidad de vida, no solo en el ámbito fisiológico, sino que ejerce un impacto altamente positivo en nuestra salud mental: alivia el estrés, aumenta la calidad del sueño y mejora el estado de ánimo.
La ansiedad no es una enfermedad incurable, es un trastorno como cualquier otro; igual que una lesión, que se trata con ayuda especializada, la ansiedad se puede tratar de forma eficaz conociéndonos a nosotros mismos, interpretando nuestras propias emociones de manera funcional y tomando medidas.
¡A POR TUS OBJETIVOS, LOS LÍMITES ESTÁN PARA ROMPERLOS!