Qué hacer antes y durante un reto.
Como entrenador, veo a diario hábitos que tenemos que cambiar en nuestra vida cotidiana para poder afrontar nuestros retos deportivos; que, sin llegar a ser profesionales, sí son de gran exigencia, teniendo en cuenta nuestras exigencias en nuestra vida diaria: trabajo, familia, vida social, etc.
Uno de los puntos básicos es conocer con detalle la competición previamente y trazar la estrategia en función de ella; no podemos ir escogiendo carreras al azar sin valorar su conveniencia, ya que trastoca toda la planificación para "tu carrera" TIPO "A" (la que en su momento hemos planeado para llegar en PICO DE FORMA)
Entrenaremos no solo la dosificación del el esfuerzos, sino también el tipo de ritmo que imprimiremos a la competición planificada.
Es importante que sepamos qué queremos hacer; debemos valorar detenidamente qué deseamos hacer a lo largo de la temporada.
Otro aspecto a tener en cuenta es la alimentación. "No podemos ir a una prueba sin tener una idea de qué vamos a ingerir en cada tramo y sin calcular en que momento lo haremos ". El perfil, atendiendo sobre todo a altitud y desnivel, marcará la pauta de las ingestas.
El agua es vital. Cualquier expectativa de éxito pasa por la hidratación. Tenemos que consumir entre 500 y 800 mililitros de líquido cada hora, y comer alrededor de 60 gramos de carbohidratos, de 5 a 6 gramos de proteínas y 460 miligramos de sodio en el mismo periodo.
"Esto hay que entrenarlo, habitualmente no seguimos estas pautas cuando salimos a la montaña a correr o a hacer ciclismo". Existe tres aspectos nutricionales ineludibles durante la carrera: el líquido como fuente de hidratación, los carbohidratos como gasolina y energía pura y las sales, que se pierden de manera abundante en la sudoración, y son primordiales para la correcta contracción muscular, entre otras funciones.