LA RELAJACIÓN: CALIDAD DE VIDA.
La relajación es una parte esencial del entrenamiento y la competición; igual que debemos calentar antes de un entreno, es necesario relajarnos después de él.
Es imprescindible que nuestro organismo se relaje para recuperarnos de la fatiga; pero esta relajación no debe ser solo física, sino también mental.
Además, al reposo debe llegar de manera progresiva; no es sano parar de golpe tras una actividad física, especialmente si es de intensidad alta.
Físicamente, nuestros músculos deben dejar de contraerse y recuperarse del esfuerzo, el corazón debe reducir progresivamente su ritmo, nuestras reservas de energía deben reponerse poco a poco, debemos "desinflamarnos" y reducir nuestra presión arterial y nuestra temperatura corporal.
Durante el proceso de "desaceleración" haremos estiramientos con el fin de que nuestra sangre circule por la musculatura. Dar pequeños sorbos de líquido también ayudará a la oxigenación de nuestro cerebro.

Asimismo, nuestro sistema nervioso debe "reoxigenarse". Con el ejercicio, se han producido miles de reacciones químicas en nuestro cerebro, que también debe volver a la calma.
En definitiva, los cambios que se producen en nuestro organismo con el ejercicio físico son tan grandes que es absolutamente esencial la relajación.
Para algunas personas es suficiente con respirar adecuadamente; para otros es necesario estar solo durante un rato, recibir un masaje, tomar una infusión y darse una ducha cuanto antes; da igual cómo sea el proceso, lo importante es que encuentres tu forma de relajarte.
Existen innumerables técnicas de relajación- yoga, mindfulness, meditación, etc, pero sea cual sea la que elijas, debe ser complementaria a las técnicas de respiración. Si notas que te cuesta relajarte, prueba con la técnica que más te atraiga.

TÉCNICAS
DE RESPIRACIÓN.
Debemos hacer respiraciones profundas, inhalando bocanadas largas y exhalando despacio.
· TÉCNICA DE LOS 4 SEGUNDOS.
Inhala por la nariz durante 4 segundos, mantén el aire en los pulmones durante 4 segundos y exhala por la boca durante otros 4 segundos.
· RESPIRACIÓN ABDOMINAL.
Túmbate boca arriba; pon una mano sobre tu pecho y la otra sobre tu barriga, por encima del ombligo.
Inhala notando cómo se llena de aire tu barriga, aguanta unos segundos y exhala contrayendo los músculos abdominales.
· RESPIRACIÓN ALTERNA.
Tápate uno de los orificios de la nariz, coge aire por el otro; tápate ahora el orificio por el que has cogido el aire y suéltalo por el otro.
"Casi todo funciona mejor si lo desconectamos de vez en cuando" (Anónimo).
