¿CUIDAS TUS PIES?
Nuestros pies son la base de nuestro cuerpo, ellos son los que soportan su peso cada día.
Debemos conocerlos para darles los cuidados que se merecen por ese trabajo; en cambio son, a veces, los grandes olvidados en el cuidado de nuestro cuerpo, aun siendo la parte que más deberíamos proteger los deportistas, especialmente los corredores de trail.
El corredor de montaña somete casi a diario a sus pies a "castigos" muy duros: contacto continuo con terreno pedregoso, tierra, gravilla que puede clavarse en la piel y hacernos pequeñas heridas o escoriaciones, sudor, temperaturas muy altas dentro del calzado; todo ello hace que nuestras "valiosas herramientas" sufran más de lo que nos gustaría.
Intentemos paliar ese trabajo excesivo mimándolos un poquito.Es hora de hacer autocrítica y revisar nuestras rutinas en el cuidado de nuestros pies.
Pero antes de empezar con los "mimos", veamos a qué peligros están expuestos los pies del corredor:
-Ampollas y rozaduras: En realidad, una ampolla no suele tener graves consecuencias, pero una rozadura tan pequeña puede provocar que tengas que retirarte en una competición. Las ampollas están compuestas de fluido linfático cubierto de piel que se hincha como mecanismo de defensa de nuestro organismo, formando una bolsa, que no es más que una inflamación de la piel. Esta inflamación suele producirse por la fricción de un tejido con nuestra piel, o bien a causa de una quemadura.
La única forma de prevenirlas es evitar el excesivo calor y la fricción; unos calcetines anti-humedad te pueden ayudar, también el uso de una crema que lubrique las zonas más sensibles, incluso vendarse los dedos o algunas partes del pie puede funcionar.
Algunos corredores usan esparadrapo fino o aplican apósitos específicos anti-ampollas.
Para tratarlas una vez han aparecido, si son pequeñas, lo más recomendable es no romperlas ni pincharlas para sacarles el líquido, porque así se aumenta el riesgo de que se infecten; lo mejor es cubrirlas para evitar hacerse más daño, y dejarla luego al aire libre en cuanto se pueda; pero si la pupa es grande y duele hasta impedirte andar, se puede drenar el líquido interior con unas condiciones de higiene óptimas y luego aplicarse una crema antibacteriana, cubrir con un apósito y limpiarla regularmente hasta que cure.
Otra cosa es que alrededor o dentro de la ampolla haya sangre o pus, en ese caso, lo mejor es que un sanitario te prescriba el tratamiento oportuno. A veces las ampollas no se producen por rozaduras, pueden ser por otras causas que debe vigilar el médico.
-Callos y durezas: Se trata de un engrosamiento de la capa externa de la dermis que se produce como mecanismo de protección acumulándose queratina; también suelen producirse por roce excesivo, apoyo incorrecto o técnica de pisada deficiente, o por presión continuada en una zona determinada de la planta del pie.
Por regla general, las durezas no suelen causar dolor ni molestarnos demasiado, si eso ocurre es porque su tamaño ya es demasiado grande y es hora de arreglar el problema.
Existen muchas soluciones para gestionarlo, la más sencilla es evitar su aparición con una buena elección del calzado y los calcetines, hidratar adecuadamente nuestros pies, no usar remedios caseros agresivos contra los callos, que podrían causarnos quemaduras; en resumen: la prevención es la mejor arma contra los problemas en los pies.
En casos determinados, tras un estudio biomecánico de la pisada, entre los posibles tratamientos existe la posibilidad de usar plantillas personalizadas.
-Las uñas negras: La fricción continua de las puntas de los dedos con la parte delantera de nuestras zapatillas, especialmente en las bajadas, suele producir de manera recurrente que se nos ennegrezcan las uñas.
Bajo la uña, especialmente la del dedo gordo, se produce un hematoma por acumulación de sangre. Puede producir dolor y a veces cuesta mucho que se termine de curar.
Lo ideal sería ir al podólogo, especialmente si el color negro aparece desde la base de la uña, para ver si es posible recuperarla o, en caso contrario, tratar la lesión de la forma más adecuada.
Esto suele pasar sobre todo cuando empezamos; aunque a veces ocurre siendo ya veteranos en estas lides, ya que un traumatismo también puede ocasionar heridas en nuestras uñas, incluso puede tratarse de un hongo.
En conclusión, para correr protegiendo tus preciados pies te aconsejo que tengas en cuenta estas sugerencias:
Usa calcetines de calidad; acolchados en la parte de la puntera, preferiblemente sin costuras, o si las tienen, que no te hagan rozaduras. Son ideales los que repelen la humedad.
- Debes tener especial cuidado con las uñas, córtalas rectas, lima los bordes puntiagudos, pero no las cortes demasiado, no deben cortarse a ras del dedo ni en forma redonda.
- La higiene de nuestros pies debe hacerse a conciencia; una buena ducha reparadora después del entrenamiento o la competición es suficiente en principio, pero si los cuidados que les damos a nuestros pies son un poco más especiales, mucho mejor.
Es importante secarlos muy bien, hidratarlos y, de vez en cuando, hacerles algún tratamiento específico, te lo agradecerán. Yo he probado con un tratamiento de parafina como relajante e hidratante después de alguna carrera muy exigente. ¡Gloria bendita!
Tu fisio/entrenador puede informarte al respecto.
- Cuidado con lo que le "echas" a tus pies. Unas zapatillas adecuadas son siempre la mejor inversión; debería optarse por un modelo específico para la disciplina deportiva que practiques, la talla debe ser la adecuada (lee mi artículo anterior), el cordón y la lengüeta deben ir bien ajustados para evitar rozaduras. Y cuando estrenemos zapatillas nuevas intenta no forzarlas mucho, dales tiempo a tus pies a adaptarse a ellas y también a ellas a amoldarse a tus pies. Y, como siempre digo, para estrenar zapatillas, no elijas el día en que compites, entrénalas antes.
- Algunos corredores suelen usar neutralizadores del sudor tipo polvos de talco para evitar una humedad excesiva.
Lo ideal es encontrar "tu fórmula"; en mi caso, una crema super nutritiva a base de urea evita que se me formen grietas en los talones, que también pueden llegar a ser muy dolorosas, además de antiestéticas. Pero debes ser constante, con que la uses cada día después de la ducha es suficiente. Si no lo fuese, una buena piedra pómez o lima natural también te pueden ayudar
- Cuidado con los hongos: Si secamos bien los pies y evitamos que estén en contacto con superficies potencialmente peligrosas, los evitaremos. Si tienes picor, manchas, engrosamiento de las uñas, decoloración, cualquier cosa no habitual, visita al especialista.
- Y el día de la carrera, ¡cuánto sufren los pobres!, kilómetros y kilómetros de sudor, barro, polvo, algún que otro golpe o rozadura,…El desgaste es tal que muchas veces se hinchan y duelen. No olvides estirar también sus músculos y dales un alivio metiéndolos en agua fresca con sal durante un rato mientras mueves todos tus dedos, los ayudará a descansar y relajarse.
Tú te mereces un homenaje, ellos también.